LA PÁGINA DE LOS CORREDORES

El arte de cazar

El arte de cazar

La similitud entre una carrera popular de 10k y una manada de ñus huyendo de un león es asombrosa. La diferencia esencial está en que los ñus deben huir lo más rápido posible de su depredador, mientras que en la carrera los atletas deben completar TODA la distancia fijada en el menor tiempo posible.

Y una enorme cantidad de personas no notan ese pequeño detalle. Para ellos el banderazo de salida es como si el león ya estuviera mordiéndoles una nalga y salen despavoridos como si la carrera fuera de un kilómetro. Justamente por ahí del kilómetro, por cierto, empiezan a sentir el peso del error que cometieron al salir tan rápido. Y esto es lo que a muchos les cuesta un mundo entender: una carrera no la gana el que sale más rápido, sino el que termina más rápido (completando la distancia fijada).

Yo le recomiendo una mejor estrategia para su próxima carrera: en lugar de jugar el rol de ñu, juegue a que usted es el león. A este león, sin embargo, no le interesa atrapar a una sola víctima lo más rápido posible, como sucede en las sabanas africanas, sino que más bien busca tragarse la mayor cantidad de víctimas, y especialmente en la segunda mitad de la carrera. Para cumplir su misión y ganar el juego, este león inteligente dejará que decenas de ñus le pasen en estampida en los primeros kilómetros pues sabe que así tendrá más carnita para la segunda mitad, que es cuando los ñus ya no dan más. Entonces empieza la cacería.

Como hay tanto de donde escoger, ponga su mirada sobre un ñu en particular, ojalá a unos 30 ó 50 metros. Luego pegue un jalón hasta que alcance a su víctima, y descanse a la par de esta por unos segundos (minutos si es necesario). Luego vuélvale a poner el ojo a otra vícitma y cácela sin piedad. Siga cazando cuanto bicho pueda hasta la meta y se sorprenderá de su tiempo final. Cada presa es como un golpe de energía que le permite ir por más y más y más.

El truco para que esta estrategia funcione es correr la primera mitad moderadamente fuerte. Es decir, no a trote suave, pero tampoco a todo cañón (que es el error de los ñus). Debe ir en total control de su paso y tener una paciencia inmensa pues, debido a que se siente bien y sabe que puede ir más rápido, sentirá una ansiedad tremenda por acelerar. Espérese hasta la mitad. De hecho, escríbalo como una regla del juego: todos los corredores que cace en la primera mitad no cuentan. La contabilidad empieza del punto medio del recorrido hasta la meta.

Jugar el rol de león no solo le ayudará a controlar su ansiedad inicial, sino que también hará que la segunda mitad sea mucho más entretenida y rápida. Si la estrategia de cazar a punta de jalones (aceleronazos) fuertes no le va bien, aceche a su presa lentamente hasta cazarla.

Lo importante es fijarse una meta que vaya unos metros más adelante y alcanzarla. Si supo controlar su paso al inicio, inevitablemente tendrá una fructífera jornada de cacería. Si, por el contrario, no logra cazar o más bien lo cazan a usted, deberá controlar mejor su impulso en la primera mitad o bien practicar un poco más de fondos (trotes largos) en los entrenamientos.

Así que la calle está servida: ¿será usted la presa o el depredador?

 

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