El paso o ritmo “suave” es una intensidad de carrera cómoda y fácil de asimilar, que cae dentro del 65-80% de la frecuencia cardiaca máxima o el 60-75% del consumo máximo de oxígeno. En términos más sencillos, es un paso “conversable”, es decir, que debemos ser capaces de mantener una conversación sin problemas cuando entrenamos a este ritmo.
Casi todos nosotros, e incluso atletas de elite, pasamos la mayor parte del tiempo entrenando suave, y no es por casualidad. A continuación te dejamos 15 beneficios de entrenar regularmente a un paso suave:
Para el rendimiento:
1. Aumenta la densidad capilar (más capilares = mejor distribución de la sangre).
2. Aumenta el número y el tamaño de las mitocondrias (mayor capacidad de sintetizar ATP = más energía).
3. Aumenta el número de enzimas oxidativas (más capacidad para utilizar el oxígeno).
4. Mejora el gasto cardiaco (el corazón es capaz de bombear más sangre al cuerpo).
5. Aumenta el consumo máximo de oxígeno (más oxígeno = mayor capacidad de trabajo aeróbico).
6. Mejora la capacidad de utilizar grasas como fuente de energía (capacidad para trabajar por periodos más prolongados).
7. Aumentan las reservas de glucógeno (más energía disponible para trabajos intensos)
8. Aumenta la resistencia al ejercicio prolongado (tanto psicológica como fisiológicamente).
9. Produce adaptaciones que fortalecen los huesos (capacidad de asimilar más impactos).
10. Acelera la recuperación luego de entrenamientos más fuertes (recuperación más rápida = más tiempo para entrenar).
Para la salud:
11. Reduce la presión arterial de reposo y ejercicio.
12. Mejora la composición corporal (menos grasa y más músculo).
13. Mejor estado psicológico (mejora el estado de ánimo).
14. Fortalece los huesos.
15. Fortalece el sistema cardiovascular.
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