Subir o bajar de peso se reduce a una ecuación muy sencilla: calorías que entran – calorías que salen = cambio en el peso. Lo cual sugiere que todo lo que hay que hacer para disfrutar de los postres y las comidas prohibidas sin sumar kilos a la balanza es hacer más ejercicio. Pero no todo es tan fácil, ni tan saludable.
Un estudio reciente que involucró a más de 100 mil corredores descubrió que correr cierta cantidad de kilómetros diarios reduce las probabilidades de aumentar de peso independientemente de la calidad de la dieta. Los investigadores concluyeron que quienes corren más de 8 kilómetros diarios se mantienen relativamente delgados con el paso de los años, aun si consumen regularmente una dieta alta en grasa y carne. Esto no significa que tiene licencia para comer cuanta cosa grasosa y “pecaminosa” se encuentre. Si bien el ejercicio puede ayudarle a mantener su peso aún si come mal, no puede evitar los problemas de salud inherentes a una mala dieta, como altos niveles de colesterol, por mencionar solo un ejemplo.
En ese mismo estudio, quienes tendían a comer más frutas que carne tenían consistentemente menor peso que quienes comían más carne que frutas. Las personas que tienden a comer carne con frecuencia y que rara vez consumen frutas tienen más probabilidades de estar llevando una dieta menos saludable, más alta en calorías y en grasas.
Lo que se deduce de la investigación es que "cuantos más kilómetros corra una persona, menos probable es que se vea afectada por desllices alimentarios" comentó el Dr. Paul Williams, involucrado en el estudio. Con o sin sobrepeso, las personas que llevan una dieta alta en grasas y carnes suelen tener un mayor riesgo de desarrollar enfermedades crónicas; en otras palabras, ser delgado no es sinónimo de salud.
En otra investigación de Harvard que siguió a más de 30 mil mujeres durante 15 años se observó que aunque prácticamente todas aumentaron de peso en ese periodo, las que caminaban más o menos una hora diaria aumentaron la menor cantidad de peso, en promedio solo dos kilos extra en todos los 15 años de seguimiento. Las participantes con sobrepeso solían aumentar más kilos que las participantes "delgadas" o con "peso normal", aún si hacían la misma cantidad de ejercicio, lo cual sugiere que en estos casos un cambio en la dieta es necesario para complementar los efectos del ejercicio sobre el peso.
La recomendación más sabia es: haga más ejercicio (al menos 150 minutos semanales) y coma saludablemente. Pero vamos, es obvio que no somos máquinas y las tentaciones altas en grasas y azúcares son con frecuencia imposibles de resisitr. Para todos nosotros mortales con poco autocontrol, estas investigaciones nos dejan el consuelo de que con suficiente ejercicio (más de 8k diarios idealmente) es posible mantener el peso a largo plazo, aún pecando ocasionalmente. ¡Provecho!